Con cada vez mayor insistencia y reverberación se escucha en el ámbito de los negocios, en especial en temas relacionados con talento y Recursos Humanos, hablar de upskilling y reskilling. Dos estrategias de formación de utilidad para renovarse en tiempos de incertidumbre, como los que ahora vivimos.

Hasta hace no mucho tiempo atrás, los cambios en las actividades que desempeñaba una persona variaban poco, a menos que le implicara tener un nuevo puesto o acceder a un ascenso. El conocimiento y habilidades que adquiría y desarrollaba casi desde sus inicios le eran suficientes para desempeñar su labor hasta dominarla.

Ahora, la situación es distinta. En gran parte por el incesante avance de la tecnología, que con rapidez va dejando atrás lo que hasta hace poco nos sorprendía o ayudaba a mejorar nuestra labor. Esto nos ha llevado a una constate innovación de herramientas que nos exigen adaptarnos y aprender para utilizarlas con prontitud y aprovecharlas.

La transformación tecnológica, marcada entre otras innovaciones por la automatización, la inteligencia artificial y la digitalización, han modificado también al mercado y los hábitos de consumo de las personas en todo el orbe. Esto ha llevado también a las empresas a acelerar sus procesos de adaptación para poder mantenerse competitivas y brindar las soluciones y servicios que satisfagan a clientes con altas exigencias.

Un factor más que ha significado cambios trascendentales en el modelo de trabajo y la forma de colaborar, o al menos la aceleración de su llegada y adopción, fue la pandemia. Confinamiento y distanciamiento social como medidas de prevención impactaron desde los espacios de trabajo hasta la interacción con compañeros, líderes, clientes y demás personas que son parte de la cadena de valor de nuestras empresas.

Adquirir conocimientos y desarrollar habilidades ha sido de valía desde siempre, pero actualmente es indispensable para mantenernos vigentes en el competido y cambiante entorno. Aquello que era importante hace unos meses hoy puede ya no serlo o ha quedado relegado a un segundo o tercer plano. Aquí es donde cobran relevancia los dos conceptos que dan título a este artículo, para afrontar este contexto: el upskilling y el reskilling.

Upskilling consiste en reforzar las capacidades técnicas y/o blandas con que ya contamos y son útiles en nuestro trabajo o posición actual. Significa actualización, no necesariamente con miras a tomar un puesto de mayor responsabilidad dentro de la organización, sino incorporar nuevas técnicas, herramientas o conocimientos que contribuyan a mejorar y/o perfeccionar nuestra labor.

Reskilling consiste en adquirir o desarrollar habilidades y competencias para poder “movernos” o “pivotar” de un puesto o función a otro dentro de la organización. Puede ser como parte de una reestructura interna, nuevas responsabilidades, la creación de una área o la evolución de un puesto. Es prepararnos para asumir una posición de la cual tenemos el perfil, pero no las competencias. No es un ascenso, pero a la larga podría serlo.

No son conceptos nuevos, pero sí han cobrado un nuevo significado y valor. Son dos modelos que fomentan la cultura del aprendizaje dentro de las organizaciones, crean oportunidades de crecimiento interno, impulsan la motivación de los colaboradores y propicia la retención del talento, lo cual representa beneficios significativos a la empresa.