Estudios realizados en fechas recientes en diferentes partes del mundo coinciden en señalar que durante los más de dos años que ha durado la contingencia sanitaria se ha deteriorado, con consecuencias considerables, el bienestar físico y emocional de las personas.

El estrés, la incertidumbre y los constantes cambios son de los principales factores que han incidido en esas afectaciones que han derivado en padecimientos y trastornos de relevancia. Uno de los más significativos es el insomnio, un problema que se calcula afecta a una tercera parte de la población mexicana.

La dificultad para descansar, conciliar el sueño o despertar constantemente durante la noche se ha acentuado bajo las condiciones actuales, pues está vinculado sobre todo con el estrés laboral, familiar o económico. Y por si esto no bastara, estudios han identificado entre las secuelas que padecen algunas personas que se contagiaron por Covid-19 se encuentran problemas al dormir.

Este marco debería preocupar no solo a las propias personas que ven alterado su ciclo de sueño y descanso, sino también a las empresas, pues el insomnio repercute en cansancio, falta de energía, malestares físicos, problemas de concentración, memoria, ansiedad, irritabilidad, entre otros no menos preocupantes.

Por esa razón es un problema que debe ser atendido con oportunidad, antes de que se vuelva en algo crónico. Lo aconsejable es consultar con un especialista en el tema, pero en tanto, nosotros podemos contribuir a mejorar nuestra higiene del sueño. Entre otras medidas nos puede ayudar:

  • Establecer horarios para acostarse y levantarse.
  • Utilizar la cama únicamente para descansar.
  • Evitar sustancias estimulantes.
  • Cenar ligero.
  • Limitar lo más posible las siestas y que sean de máximo 20 minutos.
  • Realizar ejercicio físico, de preferencia no por la noche.
  • Mantener la habitación oscura, en silencio y a temperatura agradable.
  • Apoyarse en rutinas de relajación al acostarnos, como la meditación.
  • Dejar a un lado las pantallas por lo menos una hora antes de ir a la cama.
  • Tratar de retomar el sueño si despertamos en la noche, no ver la hora ni pantallas.