Uno de los muchos retos que han enfrentado varias empresas durante los meses de contingencia sanitaria, es que han debido mantener a sus colaboradores trabajando a distancia y estos son totalmente responsables de sus funciones, aunque estén en casa.

Desafortunadamente no todas las personas hacen su parte del trato en la modalidad home office, lo que ha llevado a muchas organizaciones a replantearse la viabilidad de este modelo de trabajo.

Tener colaboradores dispuestos, con la actitud adecuada y enfocados a trabajar sin que haya alguien que les esté recordando o exigiendo lo que deben hacer no es sencillo para las empresas en las que la cultura no es del todo sólida, aquellas que se basan en el presencialismo, en las que se cumplen horas y no metas.

Bajo las condiciones actuales se vuelve imprescindible que en las empresas cada integrante, sin importar su nivel, actividad o jerarquía, cumpla con su deber. Aunque la aspiración debe ir más allá, es decir que tenga clara su participación dentro del engranaje organizacional y consciencia de lo trascendente que es su labor.

Estas son tres competencias laborales que las empresas deben fomentar en sus colaboradores para elevar sus posibilidades de éxito en el complicado entorno que enfrentan:

• Responsabilidad: Significa tener una participación activa sobre el trabajo y sus resultados, tanto a nivel individual como en equipo; implica adquirir obligaciones, rendir cuentas y aceptar las consecuencias de nuestros actos.

• Compromiso: Es adueñarse de las tareas que nos son asignadas, realizarlas con empeño y entregarlas con el máximo de calidad posible; conlleva toma decisiones para nuestra mejora y contribuir a la labor de grupo.

• Proactividad: Denota actuar con rapidez, o incluso con anticipación, para solucionar dificultades o mejorar procesos; supone el conocimiento pleno de lo que hacemos e ir más allá de lo que se nos pide, sin recibir indicaciones detalladas.